13 abril 2009

Biblia y Ciencia

El milagro del OJO humano

¿Es razonable suponer que el ojo, con toda su asombrosa complejidad, pudo haber evolucionado por medio de mutaciones fortuitas? Carlos Darwin reconoció que el ojo era uno de los grandes desafíos a su teo­ría. ¿Cómo podía explicar algo que era totalmente incompatible con la evolución? Él mismo escribió: “Suponer que el ojo con todas sus inigualables características. . . haya podido surgir por medio de la selección natural, fran­camente lo confieso, parece absurdo en grado sumo” (Origin of Species [“El origen de las es­pecies”], p. 146). Jesús dijo: “La lámpara del cuerpo es el ojo” (Mateo 6:22). Jacob Bronowski escribió que “si comparamos un ser humano con el simio de mejor visión, como por ejemplo un chim­pancé, nuestra visión es increíblemente supe­rior. . . La habilidad de los simios para discri­minar detalles finos (que se puede comprobar por medio de una prueba sencilla) no se puede comparar con la de los seres humanos” (The Origins of Knowledge and Imagination [“Los orígenes del conocimiento y la imaginación”], 1978, pp. 12-13). -LEER MÁS-
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