19 noviembre 2008



“¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello” (Santiago 4:13-16).

¿Cuáles son los planes de tu vida? ¿Con qué has venido soñando estos últimos días? A menudo nos proyectamos a largo plazo, ya sea en temas laborales, de estudios, o simplemente compromisos personales. Tenemos nuestro diagrama bien definido, calculando, y previendo contratiempos, imprevistos, de modo que todo salga bien.

14 noviembre 2008

!FELIZ ANIVERSARIO!
Un año con nuestra columna 'Reflexiona a tiempo' en el Diario LA NACIÓN.

“Tomó luego Samuel una piedra y la puso entre Mizpa y Sen, y le puso por nombre Eben-ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová” (1Samuel 7:12-13). Fue todo un sueño, cuando tomé la pluma para empezar esta columna, hacer escrito tal. Y era que al escribir sobre el camino por donde van los hombres de este tiempo empleé con frecuencia palabras sobre la senda que conduce a un dulce refugio, que conducen al camino de paz, que llevan al cielo. Los días han pasado, las palabras se han expuesto y podemos decir como dijo Samuel: ‘hasta aquí nos ayudó el Señor’.

¡Feliz aniversario! Un año se ha ido, pero las palabras aquí expuestas sabemos que no han tornado vacías. Podríamos decir: “Felicidades noble caballero de las palabras frescas. Felicidades, por lo que has logrado. Has vencido los obstáculos”. Pero no hay inspiración sin musa, no hay palabras bellas si no hay quien las lea. Es por eso que las felicitaciones son para aquellos que han sabido digerir las palabras que aquí se han expuesto. ‘hasta aquí nos ha socorrido el Señor’.

08 noviembre 2008

"La soledad no hace acepción de personas: entra en el palacio y en la choza." - ha dicho un autor cristiano. Es cierto. Mucha gente padece y sufre por su soledad, por esa forma de soledad crónica y depresiva. Muchos en su soledad han visto hundirse sus vidas, hasta han llegado al manicomio, o al suicidio. Sin embargo, muchos también, en su soledad, han buscado a Dios y le han hallado. Es que la soledad te aparta del ruido, del tráfago incesante, y te permite escuchar a Dios. Porque el ruido interfiere entre tu corazón y Dios. Un sabio antiguo decía: "Excusa cuanto pudieres el ruido de los hombres, que de verdad mucho estorba el tratar de las cosas del siglo". Hay afán y fatiga en el mundo que nos rodea. Es que el trajín, las risas locas, y el disfrute del momento, nos impiden escuchar a Dios.

03 noviembre 2008



Cuando hablamos de liberación aquí, debemos comprender el primer hecho y es que la santidad en el hogar y la búsqueda del Señor traen su presencia permanente y por lo tanto los poderes de las tinieblas no lo pueden resistir, además de que tenemos el compromiso de barrer la casa todos los días, estos es pedir perdón por nuestros pecados y errores a Dios y a los demás y mantener hasta donde sea posible la paz con todos los miembros del hogar, desde luego significa reprender en oración e intercesión cualquier poder o influencia demoníaca que este causando algún malestar general o perturbando la vida de cualquier miembro de la familia.




Tal vez para el mundo, la Santidad del creyente no existe, para casi todo aquel que no es convertido a Jesucristo, ser santo es una idea casi remota , imposible, ridicula, fanatica y se relaciona con una vida aburrida.Cuando eramos religiosos relacionabamos la santidad tal vez con una imagen, una persona con traje religioso, un hombre retirado en una montana o en algun monasterio, una vestidura u objeto venerable, una sustancia bendita, un lugar, donde habita la divinidad, capilla, mezquita o incluso un cementerio.Pero las sagradas escrituras nos dicen que Dios habita en las alturas (cielo) y la santidad (tambien se refiere a su pueblo).


Un solitario pastor de ovejas estaba sentado en el lugar más ermitaño de un remoto desierto. Reinaba el silencio. No se oía ningún ruidoso radiorreceptor, ni ninguna televisión atronadora; no se oían campanillas de puertas, ni timbres, ni teléfonos. Ni mucho menos el espantoso ruido del tránsito distante, ni de aviones de propulsión a chorro, Ni siquiera se percibía por ningún lado movimiento de hombres o bestias. Ver más