26 enero 2008

Mensaje

Esforzaos y cobrad ánimo
Jorge Hernán Gutiérrez
reflexionaatiempo@gmail.com
mmmhuila.blogspot.com*

“Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo… porque Jehová tu Dios es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará”. (Deuteronomio 31:6)

Hay algo alentador en estas bellas palabras: Saber que Dios está con nosotros es el motivo para seguir adelante, para continuar sin darnos por vencidos. Vivir no sólo día por día, sino momento tras momento. De este modo la pesadez desaparecerá de nosotros. Las misericordias de Dios serán nuevas cada mañana, y cada experiencia nos llegará como aguas vivas y frescas de las fuentes de su amor y su gracia.

Hay que sacar fuerzas de donde no hay para continuar. Hay que avanzar. No mirar atrás. “Esfuérzate y se valiente, no temas ni desmayes, porque tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas”. (Josué 1:9). Dios tiene para nosotros cosas grandes y maravillosas que aún no conocemos. Nos tiene visiones de la verdad y realizaciones que ojo no vio ni oído oyó, ni han entrado en corazón de hombre.

Esfuérzate, cobra ánimo que la recompensa está cerca. No desfallezcas. No te afanes. No te deprimas. Pronto vendrá el auxilio del cielo. “Sigamos más lejos”- A. B. Simpson- No te desalientes por la realidad que enfrentas cada mañana. No te desanimes al ver la montaña inmensa que tienes que escalar. ¡Cobra ánimo! La bendición está detrás de esa montaña. Levántate y avanza sin descansar.

“La vida es demasiado corta para que nos preocupemos de nuestras miserias. Pasemos rápidamente los valles sombríos para disfrutar la mayor parte de nuestro tiempo en las cumbres”- Phillips Brooks- ¡Di que puedes y vencerás! “Diga el débil fuerte soy”. Aunque el susurro de la incertidumbre te bloque la mente, tienes que echar mano de la infinita bondad de Dios… espera en él y el hará lo que tiene que hacer. Ten fe. Cobra ánimo. Aún en medio de los escombros puede nacer una flor. El desierto en que vives ahora puede ser un hermoso jardín mañana.

Juan Bunyan, hojalatero de profesión, de naturaleza obstinada y apasionado, vivió indiferente y sin arriesgarse hasta el día en que conoció a Jesús. Entonces se volcó con todas sus fuerzas a proclamar a ese Dios de amor. Todo marchaba bien hasta que llegó el momento en el que lo apresaron, pero en medio de las rejas no se desanimó. Durante 12 años de confinamiento en la cárcel de Bedford, Bunyan sostuvo a su familia haciendo cordones para zapatos y afirmó su fe escribiendo las bellas palabras que están en su libro: ‘El progreso del peregrino’.

Es por eso que tenemos que acercarnos a Jesús con un corazón sincero y entregarnos totalmente a él. Él nos llevará a reposar en su presencia, descansar en su refugio. “De las más bajas profundidades hay un sendero hacia las cumbres más excelsas” -Carlyle- “Mientras más grande sea la dificultad, más grande será la gloria” – Cicerón- “No desesperes jamás, pero trabaja con desesperación”-Edmund Burke-

Esfuérzate y cobra ánimo, Dios tiene algo grande para ti. Confía en él. “Como las aves que vuelan te amparará el Señor. Amparando, librando, perseverando y salvando”. (Isaías 31:5). Recuerda que “Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto no temeremos, aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes al corazón del mar; aunque bramen y se turben sus aguas, y también los montes a causa de su braveza… Jehová de los ejércitos está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob” (Salmo 46: 1:3,11).

Si las fuerzas se te fueron, solo cierra tus ojos y di: ‘Cuando ruge la tormenta y nuestra fuerza carcomida no resiste la prueba que enfrenta; cuando el viento brama y nuestro espíritu desalienta, sostennos, oh Dios, con la diestra de tu justicia… cuando el ama débil y caída necesita ser levantada, restaurada y fortalecida; cuando al cielo anhelado viajamos noche y día, sostennos, oh Dios, con la diestra de tu justicia”. –Edith L. Mapes- Querido peregrino, solo espera en el Señor, el no te dejará, él te dice: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia” (Isaías 41:10). ¡Adelante, esfuérzate, cobra ánimo y vencerás!

19 enero 2008

Reflexión

AGUA DE LA ROCA


El pueblo de Israel, debido a su temor y ansiedad, "tentaron a Jehová" (vers. 7). Airados, y temiendo morir de sed en ese desierto caliente, amenazaron con apedrear a Moisés. La crisis apenas se describe en sus rasgos esenciales, pero el momento sin duda fue crucial. Quedó por cierto marcado en la historia del pueblo. Siglos más tarde, el Señor recordó a Israel este acontecimiento, por medio del salmista David:


"En la calamidad clamaste, y yo te libré; te respondí en lo secreto del trueno; te probé junto a las aguas de Meriba" (Sal.81:7).


Durante la Segunda Guerra Mundial, las condiciones de un pequeño poblado adventista en la isla de Bougainville, desmejoraron en forma alarmante. Japón controlaba las islas del norte del archipiélago de las Salomón. Como estaban escasos de alimentos, invadían los huertos locales tan pronto como los productos comenzaban a madurar. Cuando comenzaron a darse casos de combate entre los habitantes locales y los invasores, los aldeanos comenzaron a temer por sus vidas. Los dirigentes cristianos recordaron una alta meseta situada en una de las cadenas de montañas.


Una noche, los habitantes de la aldea desaparecieron en la jungla sin hacer ruido. La fortaleza de la montaña los mantuvo escondidos, y parecía que sus provisiones les durarían hasta que sus hortalizas y sembrados les comenzaran a producir. A medida que la estación seca avanzaba, la provisión de agua comenzó a escasear. Los aldeanos buscaron una vertiente, y encontraron un lugar húmedo al pie de una pared rocosa. Se reunieron alrededor, y oraron para que saliera agua de la roca.


Cuando terminaron de orar, contemplaron asombrados cómo la humedad aumentaba en forma paulatina, y luego la roca comenzó a gotear. Pronto todos pudieron comenzar a llenar de agua sus jarrones. Durante más de dos años, esa vertiente continuó goteando sin cesar; suplió así todas sus necesidades. Jesús vio su oportunidad en la desesperanza humana. Los que no podían hallar esperanza para si mismos, encontraron esperanza en él.


Tenemos el derecho de buscarle cuando estamos en dificultad. El agua que fluye en respuesta a nuestra necesidad puede ser tan práctica como las aguas de Horeb, que calmaron la sed del pueblo, o tan intangible como el reavivamiento de nuestra fe y la renovación de nuestra esperanza. "Aquel en quien mora Cristo tiene dentro de si una fuente eterna de gracia y fortaleza".